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La luna, el humano y el deseo


No es de impresionarse el deseo del ser humano de siempre conseguir algo o a alguien, se preguntaba Erick. Al terminar la escuela, éste se dirigió a su casa como todos los días, tomó su transporte y decidió tomar una siesta hasta llegar a su casa. Bajó de su transporte, agradeció a la señora operadora, abrió la puerta de su casa y saludó a sus padres como siempre. Terminó de comer, y se dirigió a su cuarto, ahí vio sus retratos de la luna, los juguetes de cohetes que tenía y una foto de su gran héroe Neil Armstrong.

Su gran sueño siempre fue viajar a la luna y quedarse ahí, ya que era lo único en esta vida que en verdad amaba con toda su alma y corazón, en la escuela ya le habían dicho que eso era imposible y en su casa no era mejor, porque sus padres le decían que esa era una idea irreal y que mejor se dedicara en una carrera que en verdad lo sustentara económicamente, a pesar de eso, el chico jamás se rindió, todos los días de su adolescencia, iba a la biblioteca de su escuela para poder leer libros acerca del espacio, información que se tenía de las estrellas y el más importante de todos el satélite de la tierra, la luna.

Al graduarse de la escuela logró irse a estudiar a una universidad de Alemania, en donde lo aceptaron como candidato de un programa espacial, ahí logró tener las mejores calificaciones de todos y fue ascendido a piloto de naves. En el 2037, el momento que el chico había esperado durante tantos años al fin había llegado. La academia lo llamó para que regresara a Alemania a dirigir el viaje que iban a hacer a la Luna, este momento era el que había esperado toda su vida. El día llegó, la tripulación se alistó y salieron a la Luna, al salir de la tierra Erick decidió ver por la ventana su antiguo hogar.

Aterrizaron en la Luna y Erick fue el primero en bajar y se mostró sorprendido, los astronautas hicieron sus trabajos y se quedaron unos momentos a disfrutar las vistas. El viaje se había terminado, todos los astronautas se devolvieron al cohete para volver a casa menos Erick, él decidió quedarse, se lo comentó a sus compañeros, este era el sueño de toda su vida, aquel que todos le habían negado, pero que al nunca renunció, ya que al fin estaba donde él quería. Sus compañeros entendieron y se marcharon dejando a Erick en la luna, él se sentó y admiró como sus compañeros se iban, mientras él, sacaba una foto de su traje, aquel que lo inspiró a hacer toda esa travesía en la cual nunca perdió la esperanza,…. Neil Armstrong.


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