Confrontación
Durante toda nuestra vida se nos van a presentar oportunidades para la confrontación, en este artículo voy a explorar el potencial que tiene la confrontación para el crecimiento emocional.
Cuando alguien menciona la palabra “Confrontación”, siempre se nos viene a la mente la imagen de un choque violento entre dos fuerzas, una pelea, por lo que la mayoría de las personas le tienen miedo a esta palabra, a enfrentarse a otras personas y a enfrentarse a sí mismos.
Siempre vemos a la confrontación como algo negativo, pero quiero explorar las ventajas de confrontarse a sí mismo, por ejemplo, cuando cometemos un error, siempre buscamos alguien a quien culpar, si en la escuela alguien reprueba un examen, siempre culpa al maestro, a su forma de enseñar, en vez de culparnos a nosotros, como deberíamos.
La confrontación nos va a ayudar a aceptar nuestros errores, este es el primer paso y el más difícil, no sólo hablo de errores como reprobar una materia, si no también errores en las relaciones que tenemos, con nuestros amigos, familia o pareja.
Al confrontarnos a nosotros mismos sobre nuestras decisiones podemos analizar nuestros errores, podemos preguntar: ¿qué salió mal? y así tenemos menos posibilidades de cometer el mismo error.
Albert Ellis, autor de “Manual de terapia Racional Emotiva” denomina a la confrontación como: “Un método activo para desafiar las opiniones de uno mismo; algo que nos conduce a reconocer, examinar y abandonar ideas u opiniones irracionales, puede decirse que la confrontación es una forma psicológica para obtener detalles cognitivos y sensoriales de una persona y así ayudarla a sacar todos los pensamientos, sentimientos y actitudes que le producen conflicto”.
Al confrontarnos a nosotros mismos nos hacemos responsables, maduramos, un niño pequeño tiende a siempre culpar a alguien más por sus errores, pero un adulto se espera a que acepte su error y trabaje en mejorar para no volver a cometerlo.
La confrontación no garantiza que no volvamos a cometer errores, pero nos ayuda a conocernos a nosotros mismos, a no mentirnos a nosotros mismos y a hacernos más responsables.
